martes, 29 de septiembre de 2009

Puñetazo en el estómago


Hace unos días dejé de leer el libro de Suzuki, sin acabarlo, porque su zen no me estaba llevando a ninguna parte. Empecé otro libro del Dalai Lama que también me había sacado de la biblioteca y lo cerré a las pocas páginas al darme cuenta de que no iba a ayudarme mucho en mi práctica.

Pensé: "Déjate de remolonear y vuelve al trabajo", y decidí volver a charlar con Gotama (o con sus palabras escritas, vamos). Eso fue ayer por la noche. Hoy, en clase de meditación, y antes de que lo que re-aprendí con Gotama ayer hubiese tenido tiempo de posarse, Jerome nos ha leído el Xin Xin Ming, un poema escrito (aunque la Wikipedia dice que fue más tarde) por el tercer patriarca Ch'an, Jianzhi Sengcan y se me ha revuelto todo el estómago:

Si deseas ver la verdad entonces no tengas opiniones a favor o en contra de nada.
Enfrentar lo que te gusta contra lo que te disgusta
es la enfermedad de la mente.

Y ya no hay nada más que decir.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Regalitos de Suzuki Roshi

Ayer me saqué de la biblioteca un libro de Shunryu Suzuki, "No siempre será así". Suzuki fue uno de los primeros maestros Zen en irse a EEUU a empezar la sucursal allí, y hay un par de libros de sus charlas. Como todo buen japonés, hablaba un inglés muy raro.

Leyendo el libro, me he encontrado con este pequeño regalito (el libro en general está muy bien, pero tened cuidado con el lenguaje en código zen, que despista), que me ha devuelto las ganas de sentarme (sí, estaba perezoso estos días) y que me gustaría compartir con vosotros:

Contar cada respiración significa respirar con toda nuestra mente y nuestro cuerpo. La vamos contando con el poder de todo el universo. Cuando contéis de veras vuestra respiración, sentiréis una profunda gratitud, mayor que si hubiérais llegado a la Luna. No estaréis tan interesados por algo sólo porque se considere un gran acontecimiento, ni dejaréis de estarlo por algo normalmente considerado de poca importancia.

Pero las nuevas experiencias os seguirán interesando como si fuérais un bebé. Un bebé adopta esta misma actitud básica de interesarse por todas las cosas. Si lo observáis, veréis que siempre está disfrutando de la vida. La mayoría de adultos estamos atrapados en nuestras ideas preconcebidas. No estamos totalmente libres del mundo objetivo porque no somos uno con él.


Me voy a meditar.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Sigue cavando

Te despiertas por la mañana y estás en el mismo sitio de siempre. Tienes el hoyo al lado, ese hoyo que llevas cavando día tras día desde hace ya mucho tiempo. ¿Qué hay debajo del hoyo? El tesoro, esperas. Solo tienes el "Mapa del tesoro de mister Gotama: la X marca el lugar" para decirte que está ahí debajo. Mucha gente ha pasado por aquí antes, y también han hecho sus mapas (también los llevas contigo). Otros cavan en otros sitios distintos.

¿Está el tesoro debajo? ¿Quién sabe? La única manera que tienes de saberlo es seguir cavando. A veces te encuentras monedas, sí. De oro, incluso. A veces piensas que son el tesoro y te olvidas de seguir cavando. Otras veces solo hacen que caves con más fuerza. A lo mejor son un signo de que vas por buen camino. A lo mejor es casualidad. Tú solo sigues cavando. Solo así vas a llegar.

Desde que cavas, tu vida tiene sentido. Aunque ya no te importe que lo tenga. Pero lo tiene. Además, te has dado cuenta de que eres más paciente, y de que ya no te enfadas cuando la gente te pregunta "¿Por qué cavas?". Te tomas tus descansos para invitar a los visitantes a un té, y ves unos bonitos atardeceres. Sí, la vida es bella, pero, ¿queda mucho?

Tú sigue cavando.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Respirando


Estoy cómodo en mi meditación sentada, respirando. Como las olas, subiendo y bajando, así sube y baja el aire por mi cuerpo. Inspiro, espiro. Inspiro, espiro. Qué agradable. Me distraigo. Vuelvo a prestar atención a la respiración. Inspiro, espiro. Mi hermano pone música. La escucho, y me olvido de la respiración. Vuelvo a ella, sin juzgar. Está todo bien. Inspiro, espiro. Inspiro, espiro. Mi hermano sigue con la música, yo sigo con la respiración. Pienso en escribir esta entrada. Me recreo en lo poético que voy a ser. Vuelvo a la respiración. Me río de mi inconstancia. Me impaciento por levantarme y escribir. Deseo mirar el reloj. Me fuerzo a no hacerlo. Inspiro, espiro. El culo se ha dormido y el tobillo izquierdo empieza a doler. Vuelvo a pensar en el blog, vuelvo a pensar en el reloj. ¿Cuánto faltará? Cuento los minutos que faltan, usando las canciones que he escuchado a mi hermano. Deben quedarme apenas 5 minutos. Pronto escribiré en el blog. Vuelvo a la respiración. Inspiro, espiro. Inspiro, espiro. Me desconcentro, parece que quedan más de 5 minutos. Vuelvo a pensar en el reloj, y ya van tres. El tobillo sigue doliendo. La espalda un poco también. Miro el reloj. Quedan 9 minutos. Le doy al botón. Click. El contador vuelve a 60. Me levanto, y recuerdo la respiración. Inspiro, espiro. Escribo.

Mucho por aprender todavía. Mucho por caminar, pero el camino es agradable. Dejo que las olas se me lleven...poco...a poco...

¡Esto no debería ser así!

A veces, cuando veo imágenes de los niños de África muriéndose de hambre, o de gente sufriendo la guerra, suelo acabar con pensamientos del tipo: "¡Esto no debería ser así! ¡El mundo es injusto!"

¿Lo es?

El mundo no "debería" ser de ninguna manera. Solamente es. "Debería" y "no debería", "justo" e "injusto", "mejor" o "peor" aparecen solo en nuestras mentes; nosotros juzgamos, el mundo solo es como es. Gotama, el del moño, decía que una de las causas del sufrimiento era el bhava tanha, la sed de ser: este se suele interpretar como la avidez de convertirnos en algo (algo que "deberíamos" ser), pero también se puede aplicar a lo que deseamos que sean las cosas.

No creo que esté mal (¿quién soy yo para decir qué está mal?) desear ayudar o cambiar las cosas, pero he encontrado que cuando el deseo alcanza una cierta intensidad (cuando se convierte en avidez), sufro. Así que me esfuerzo para dejar de decir cosas como "¡Esto no debería ser así!".

Mirad cómo sonríe Hotei (el del cuadro). Le llaman el Buda sonriente, pero no deberían hacerlo, porque vivió mucho tiempo después de que Gotama hubiese muerto. ¿Creéis que le importa?

martes, 1 de septiembre de 2009

Unos días con Ajahn Abhinando

Ya he escrito aquí un pequeño resumen del retiro de este fin de semana. Me da la sensación de que algo ha hecho "clic" en mi cabeza durante estos días, y que ahora lo veo todo más claro.

La enseñanza de Ajahn Abhinando viene muy en línea de lo que he estado trabajando con Hongzhi últimamente: experimentar la conciencia, esa "mente original" (según los maestros tailandeses), "donde todo es correcto y totalmente suficiente" (según el chinito), y hacer de ella algo presente la mayor parte del tiempo. En este retiro he podido avanzar en esta dirección.

Si pensáis, por ejemplo: "Yo soy Fulanito", ¿qué hay entre palabra y palabra? ¿Qué es ese espacio? Eso es la conciencia, "eso que sabe".

Todo empieza a encajar rápidamente ahora, mientras los siete factores de iluminación (atención, investigación, energía, alegría, calma, concentración y ecuanimidad) y el óctuple noble sendero se extienden ante mí como un libro abierto. Queda mucho por caminar, pero tengo más claro hacia dónde tengo que hacerlo. Creo.

Mañana me operan del oído derecho, así que a ver qué tal se me da. Mientras, Ajahn Chah y Hongzhi se vienen conmigo a la cama, a enseñarme eso que ellos descubrieron en idiomas distintos.