martes, 24 de noviembre de 2009

Sabiduría de Jedi

Estos días me he dado cuenta de que paso gran parte de mi tiempo pensando en lo que voy a hacer en el futuro (planificando) o bien en lo que ya hice y me avergüenza. Y eso no me lleva a ninguna parte.

Como decía el gran maestro Yoda: "Never his mind on where he was".

Así que a seguir currando.

PD: en mi cabeza, Yoda es como la versión de peli de Ajahn Chah. O al revés.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El momento después

Uno de los momentos más chulos de la meditación es cuando acabas. Dejas de pensar en el tiempo, en lo que falta, en jhanas, en Nibbana, y te das cuenta de que llevas una hora sentado casi sin moverte, que el dolor de las rodillas no es para tanto, y que las manos se sienten raras cuando hace tiempo que no las mueves.

Abres los ojos y ves que ha anochecido mientras estabas meditando, y sonríes como si nada más importase en el mundo.

Luego te levantas y, tarde o temprano, vuelves a la vida normal, pero otra vez vuelves a sentarte y ahí está, de nuevo, el momento después.

Buena sentada.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cuando las reglas se vuelven restricciones

Estos días se ha armado mucho revuelo en el mundillo Theravada por una "espúrea" ordenación de bhikkhunis (monjas). Podéis leer sobre ello aquí.

Cuando veo cosas como esta, me pregunto cuál es la razón de las reglas, y si tiene sentido seguirlas a rajatabla. En un grupo, tal y como lo veo, las reglas son una guía que sirven para mejorar la convivencia, y no voy a entrar a discutir aquí si es lícito saltarse esas reglas en casos especiales (como se supone que hizo Ajahn Brahm al ordenar a esas bhikkhunis), porque ya se ha dicho mucho sobre el tema y opiniones las encontráis en cualquier parte.

Lo que me interesa es preguntarme sobre las reglas en la práctica. Acabo de leer el ensayo de una amiga mía (que podéis leer aquí) en el que dice que "como practicantes de las enseñanzas del Buda, nuestra práctica no solo debe alimentarse por nuestra propia inspiración para alcanzar el Nibbana de una manera sencilla, o por lo que aprendemos leyendo Suttas, sino que también debe alimentarse por nuestro más profundo deseo de practicar según las reglas que el Buda dispuso".

No es la primera vez que he leído este argumento: el Dhamma no está para que cojas lo que quieras, sino que tienes que llevarte todo el paquete. ¿Es así? ¿Acaso nuestro camino debe limitarse a seguir las reglas que encontramos recogidas en el Canon Pali (que pueden asemejarse más o menos a lo propuesto por el Buda)? ¿Acaso el Buda siguió alguna regla en particular cuando abandonó su hogar en busca de la liberación del sufrimiento? ¿No recomienda el Buda tener un espíritu inquisitivo en todo momento, y comprobar todo lo que se nos enseña?

En mi humilde opinión, creo que estas reglas dispuestas por el Buda han de servirnos de referencias de lo que Gotama, ese hombre tan sabio, consideraba más útil. Referencias, no restricciones: soy yo quien tiene que probar qué funciona en mi camino, al igual que Gotama abandonó todas las reglas y convenciones cuando emprendió el suyo.

Además, las reglas de Gotama tienen un significado histórico y cultural, y hay que entenderlas en su contexto (hay un discurso en el que habla de los distintos tipos de esposas que casi es mejor obviar). Mi camino no está en la India de hace 2550 años, está aquí, ahora. Y Gotama murió hace demasiado como para poder aconsejarme ahora, así que eso me deja solo. Solo, pero no arrogante; solo, pero intrépido; solo, pero rodeado de amigos.

Gracias, Gotama, por tus consejos. Gracias por iluminar el camino. Leeré tus palabras (o lo que queda de ellas) mientras camino.

Deséame suerte.