lunes, 31 de mayo de 2010

Biologia y budismo


No sé si he escrito antes de la curiosa relación que mantengo entre la Biología y el Budismo. Resulta que la biología es una ciencia tremendamente vocacional, en la que la gente (como yo) se mete a estudiarla con pasión y denuedo, dejándose la piel observando y maravillándose con la vida. Y Gotama y sus amigos te dicen que si quieres ser feliz eso de emocionarte tanto por algo no te lleva a la calma, a la paz. Y tienen razón: la pasión por la biología no es compatible con la calma mental.

Entonces, ¿qué haces, Pablo? Eso me preguntaba yo. Durante un tiempo, pasaba por etapas de mucha dedicación a la biología y otras (sobre todo verano) en las que me olvidaba de ella y me dedicaba a meditar y a practicar budismo intensamente (el resto del año también lo hacía, pero la biología solía ocupar la mayor parte de mis pensamientos). Y eso no era muy sano. Cuatro años después de empezar la carrera y de empezar a meditar, creo haber llegado a un cierto equilibrio. Creo.

Ahora la biología me sigue apasionando, pero he asumido que no podré abarcarla por completo, así que cada vez dedico menos tiempo a pensar en otras cosas fuera de mi especialidad, que es a la que me voy a dedicar. La biología pasa a ser un trabajo: uno que me gusta mucho, pero un trabajo al fin y al cabo. Y, así, deja hueco para el resto de mi vida, que incluye meditar y también las relaciones sociales, la lectura, las artes marciales, y un no muy largo etcétera.

He llegado a esta situación por varios factores, entre ellos que quería vivir más pausadamente y que la angustia por hacerlo todo y ya y porque la ciencia es inabarcable me acabaron cansando. A veces me da pereza la idea de trabajar de biólogo y ahora incluso me planteo trabajar de otra cosa...pero es tontería, porque cualquier trabajo tendrá algún problema u otro. No se puede huir de ello.

Y así estoy. No sé si es buena solución o no, eso ya lo veré. Pero esto cambia continuamente y quién sabe lo que me depara el futuro...

lunes, 24 de mayo de 2010

El final de LOST

Hoy se ha terminado LOST, una de las mejores series de televisión que he visto y una de mis historias favoritas.

Para los que no la conozáis, LOST trata sobre un grupo de personas cuyo avión se estrella en una isla perdida en mitad del Pacífico. La serie explora las circunstancias que los rodean, los misterios de la isla, mitología variada...pero, sobre todo, es una historia sobre el sufrimiento humano y cómo dejarlo ir. En vez de centrarse en todos los interrogantes que se van planteando, vamos conociendo cada vez más a estos personajes, comprendiendo sus traumas y sus motivaciones, hasta que al final sus historias terminan hoy.

El último capítulo me ha hecho pensar sobre la muerte. La serie termina con un montón de preguntas sin responder y, sin embargo, me siento satisfecho. La vida es un poco así, como las historias: cuando se acaba, quedan muchas cosas pendientes, pero todo termina tarde o temprano. Y está bien así. Así funcionan las cosas. La muerte es tan parte de la vida como la victoria lo es de la derrota o la defensa del ataque...hay una sensación de plenitud en el final de una historia y, quizás, también lo haya al final de la vida.

martes, 4 de mayo de 2010

...

Inspirando, espirando, todos los pasos de Anapanasati se convierten en uno. Calmando cuerpo y mente, simplemente estoy alerta a lo que viene y se va: dolor en la espalda, picor en el brazo, pensamientos, desconcentración, tranquilidad. No hay más meditación que esta.